LOS HUMANOS Y LAS MASCOTAS

En los 60 mil años de su historia, el ser humano ha moldeado la naturaleza a su propia conveniencia. Todos los animales domésticos antes fueron silvestres que convertimos en mascotas les creamos un ambiente artificial y seleccionamos los caracteres genéticos que más nos servían para que nos ayudaran, nos protegieran, nos acompañaran y terminamos generando una enorme simbiosis con ellas. Nos dan un gran soporte emocional, de seguridad, de autoestima y de relación con las otras personas, hasta nos ayudan a recuperarnos de la enfermedad. En la citadina cultura de la industrialización estamos perdiendo los fuertes lazos que nuestros ancestros tenían con la naturaleza y eso nos está llevando a perder la valoración de la vida, a irrespetar lo natural que es lo que nos permite la sobrevivencia y al doloroso maltrato animal. Por eso tenemos que hablar de mascotas.

Por Carlos Mora

Para entender la interacción de las personas con sus animales de compañía hay que empezar por analizar la historia del ser humano con la naturaleza. De los aproximadamente 4.500 millones de años que tiene el planeta Tierra, los humanos solo tenemos 60 mil años, la agricultura como unos 7 mil y la revolución industrial apenas 200 años. Esta última, al tiempo que ha generado desarrollo, también ha acabado vertiginosamente con los bosques,  fundamentales para todos los recursos bióticos y abióticos que nos rodean y permiten la vida. Nuestra existencia es muy reciente, solo un instante de esa historia.
Los humanos somos heterótrofos, no podemos producir nuestro propio alimento, por eso la naturaleza que es todo lo que se ha dado al azar sin intervención del hombre, ha sido para nosotros utilitaria, satisfactoria, ética, moral, científica, estética, simbólica, amorosa y de supuesta dominación sobre el planeta. Es una relación codificada en nuestros genes gracias a la lucha por la sobrevivencia, gobierna nuestro cerebro frente a cada elemento natural desde hace millones de años. Cada paisaje, cada sabana, cada bosque, playa, selva o páramo desata en nosotros una reacción diferente gracias a ese proceso evolutivo. Los animales silvestres cumplen un importantísimo papel, hacen parte del equilibrio entre las plantas, el agua, el aire, la tierra, entregan material orgánico al suelo, algunas esparcen semillas, son polinizadores de las plantas, si faltaran se extinguirían muchas plantas, se acabaría  el agua y el oxígeno. El 100 % de los animales que fueron domesticados antes fueron silvestres (el comercio ilegal de estos animales se calcula mueve unos 20mil millones de dólares al año).
Las mascotas son hijas de ese mismo proceso. Ancestralmente las sacamos de su entorno natural, las domesticamos creándoles un ambiente artificial, seleccionamos los caracteres que nos servían (ejemplo: del lobo autónomo al perro totalmente dependiente), las adaptamos a nuestra forma de vida para que nos ayudaran, nos protegieran, nos acompañaran y terminamos generando una enorme simbiosis con ellas. Además de su apoyo, hasta en algunos escenarios laborales, las mascotas son soporte emocional y de seguridad, canalizan nuestras frustraciones emocionales, nos ayudan a relacionarnos con las demás personas, aumentan nuestra autoestima y hasta facilitan la recuperación física y mental en la enfermedad.
¿Por qué casi todos los humanos y en todas las culturas, mostramos  una actitud positiva frente a las mascotas? En EE.UU. por ejemplo, hay perros en el 36% de los hogares y gatos en el 30%, un 1,5% de esas familias tienen al menos un caballo. En Europa el 33% de las familias tienen gato, el 28% tienen perro, un 19% tiene pájaros domésticosroedores como mascotas un 10,4%peces un 4,6% yreptiles 3,8%.
Actualmente el principal interés de las personas por las mascotas parece ser la respuesta de ellas  al trato que les damos, incluso saben leer la atención que les estamos prestando en cada momento y cambian su comportamiento según esa lectura.
Entonces, ¿Cómo se puede explicar el maltrato animal? En la sociedad industrializada, como en las grandes ciudades se van debilitando esos fuertes lazos que tenían nuestros ancestros con ellos, seguramente por nuestro poco contacto con la naturaleza. Es un tema que se debe enfrentar desde la cultura con permanentes estrategias pedagógicas desde la infancia.
En estas épocas de distanciamiento social la mascota adquiere aún más relevancia, entenderla, adaptarla a nuestras particulares circunstancias y amarla, es ahora aún más importante. PANGEA con expertos nos ofrece esa oportunidad.

Especial agradecimiento al Dr. German Espinosa.

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